El cabo era Eduardo Pérez y nosotros éramos como los soldados, Miguel Ángel y yo éramos los soldados.
Estábamos en la tribuna los tres y la camilla, y si teníamos que salir por alguna cosa el público nos aplaudían y eso, siempre.
Los primeros días nos miraban… y estos quienes son, donde van estos vestidos de blanco… pero luego la gente ya se acostumbró y todo bien, perfecto.
Nos puso un mono blanco y luego, como parecía un poco feucho, nos dijo: os voy a comprar un traje a cada uno.
Fue un traje como de soldado, llevábamos la gorra, la cruz roja, una banda y cruz roja, y eso era lo que hacíamos.